De vuelta a su pueblo natal, Polo intenta vivir con las secuelas que significa perder un hermano y un padre, hasta cierto punto, distante. En un supermercado conocerá a Víctor, un chico que, desde el primer momento, calahondo en los sentimientos de Polo. Víctor tiene problemas. Polo tiene problemas. Ambos en situaciones complejas, van a ir priorizando el amor que les promete la libertad y su sanación.
Ahora es su turno de salir adelante, el tiempo en que las violetas comenzarán a marchitarse,
violetas que empezarán a florecer.
Una historia apasionante, con el amor como principal remedio y una estación en donde puede ocurrir todo. Lentamente, el corazón del lector se dará cuenta de que no solo se necesitan flores hermosas en el jardín, sino que también hay lugar para las flores marchitas.