Si apunta a transmitir un mensaje; cada producción audiovisual -film; emisión de televisión; video cassette- no señala exclusivamente el sentido y los códigos; se dirige también a la sensibilidad del público y; en el mejor de los casos; provoca; en el espíritu del espectador; una adhesión entusiasta que desborda la simple comprensión. La estética no es ni un declive al subjetivismo; ni un estudio de las reglas o de de los estilos; atenta a lo excepcional; se relaciona en principio con lo que es invención. Aún más que la historia que cuentan; las realizaciones audiovisuales actúan sobre el movimiento y la luz; los colores y los contrastes; la complementariedad y la incompatibilidad de los fragmentos con el conjunto; son un llamado al ojo y al oído a los que la participación estética se abre para penetrar la obra y reinventarla.