China, un país enigmático durante siglos, ha mudado de piel para convertirse hoy en una potencia que compite con Estados Unidos por la hegemonía mundial. En tan sólo cuarenta años ha pasado de vivir inmersa en la miseria a convertirse en una nación que acapara el 17 por ciento del PIB mundial. Con una clase media de cuatrocientos millones de personas y más multimillonarios que ningún otro país, China ha asombrado al mundo siguiendo su peculiar receta capitalista-leninista.