Durante la segunda mitad del siglo XIX miles de chilenos partieron al Perú en busca de una mejor vida. Así llegaron a Tarapacá, Arica, Moquegua y hasta Lima. Trabajaron fundamentalmente en la construcción de ferrocarriles y en las salitreras.
En 1879, al inicio de la Guerra del Pacífico, todos aquellos chilenos que emigraron a Perú fueron obligados, por decreto del gobierno peruano de Mariano Ignacio Prado, a dejar sus hogares en un corto plazo y a salir abruptamente del territorio peruano, sólo con lo que pudieron cargar.
Miles de hombres, mujeres y niños se agolparon en los puertos peruanos de Callao, Moquegua, Ilo Arica e Iquique en espera de un cupo en alguna embarcación para viajar al sur mientras almas caritativas les proveían de alimentos. La expulsión de chilenos del Perú es un episodio dramático de la Guerra del Pacífico, escasamente reseñado tanto por los historiadores contemporáneos al conflicto como aquellos que desde el presente han abordado este hecho bélico.
Este libro trata de aquel "éxodo doloroso y cruel" y de la repatriación de chilenos, inédita hasta ahora, por parte del Estado chileno.