Hay quienes quisieran borrar la revuelta popular de octubre de 2019 estigmatizándola como un hecho delictual y vandálico. Están los que desde la institucionalidad o la política tradicional pretenden “dar vuelta la página” y dejar este momento histórico enterrado en el olvido. No son pocos los que buscan olvidar y negar su participación en dicho acontecimiento.
Sin embargo, negar, borrar o desligarse del vendaval de dignidad y esperanzas, de la enorme masividad de las manifestaciones de la rebelión, significa también olvidar a quienes fueron asesinados por agentes del Estado durante las manifestaciones. Negar y olvidar significa aceptar la ausencia de justicia y las causas sin condenas. Olvidar esos casos, a su vez, es ignorar la violencia con la que el Estado es capaz de responder a la movilización popular.
En este libro se narran tres de las más de 35 historias de personas asesinadas durante la rebelión. Tres relatos cuyos caminos confluyeron en una tragedia común el día 20 de octubre del 2019. La de Álex Núñez, que fue reventado a golpes y patadas por funcionarios de Carabineros. La de Romario Veloz, acribillado por militares. La de Yoshua Osorio, cuyo cuerpo calcinado apareció entre los escombros de las bodegas Kayser.
Estas son las crónicas acerca de tres asesinatos y los testimonios de tres mujeres que no han olvidado, y cuyos caminos se trenzan para construir la historia compartida por dos madres y una expareja de víctimas de crímenes de Estado. Tres mujeres que no abandonan el pedregoso camino de su lucha por verdad y justicia.