Publicada originalmente en 1971, en México, esta novela de Hernán Valdés tuvo una escasa repercusión en Chile, donde es la obra más silenciada de su literatura por circunstancias históricas y políticas, no por su calidad. Por esta tendría que estar entre sus altas cumbres. Por aquellas se adelantó a su tiempo y vio en un viaje a la Checoslovaquia de los sesenta el fin del proyecto comunista.
Novela de formación en la que dos personajes –uno el maestro, en el que se percibe el perfil de Teófilo Cid; el otro el discípulo, en el que se adivina al autor joven– se toman el escenario en un juego de correspondencias. A ellos se suman como otros personajes la memoria, la musa y la ciudad, ofrecidos al lector con el cuidadoso empleo del lenguaje, en el que se reconoce la huella del poeta de Apariciones y desapariciones.