Viaje sentimental describe los viajes de un intelectual desconcertado a través de Rusia, Persia, Ucrania y el Cáucaso durante el periodo de la Revolución rusa. Valioso documento histórico por su relato de primera mano de los acontecimientos durante el periodo de 1917-1922, es también una importante obra literaria experimental, una memoria en forma de novela. A veces lírica, perturbadora, irónica y erudita, es un libro singular de una de las voces más reconocibles e influyentes de la literatura rusa del siglo XX. En cuanto memoria o crónica de la Revolución rusa y de la Primera Guerra Mundial, Viaje sentimental se construye de manera atípica por un testigo que, afortunadamente para nosotros, no tiene ninguna pretensión de imparcialidad. La mayoría de la materia narrativa no la compone la narración de la experiencia, sino más bien digresiones teóricas y críticas para iluminar la historia con la verdad: errática, digresiva y aberrante, como los hechos que cambiaron la historia del siglo XX. De esta manera, si la literatura de viajes sirvió a Laurence Sterne para revelar las impresiones del viajero Yorick en su propio Viaje sentimental, Shklovski se sirve del discurso teórico-literario que tanto manejaba para construir una subjetividad inmersa en la revolución y la guerra. Después de todo no había forma más efectiva para dar cuenta de su propia experiencia que aplicar el análisis formal con que analizó a Defoe, a Cervantes y el psicoanálisis, pero aplicada a toda la realidad rusa que lo circundaba.