Valiéndose de un estilo ágil y provocador, Juan Sebastián Gaviria nos rodea de situaciones violentas, encuentros cómicos y personajes astutos para exponer una íntima y perturbadora visión del mundo
Ronnie ha hecho su nombre y su fortuna en la compra y venta de piedras preciosas y objetos robados. Tiene su oficina en la zona de los esmeralderos en el centro de Bogotá, donde lleva a cabo varias operaciones con la ayuda de Julio, su joven asistente. Cierto día reciben a un hombre que les propone un negocio muy particular: les pide dos millones de dólares por unas manos disecadas que, según dice, pertenecen al Che Guevara. Minutos después, el visitante es abaleado a la salida del edificio. Convencidos de que el asesinato está relacionado con las manos, Ronnie y Julio se empeñan en deshacerse de ellas, no sin antes cerciorarse de su autenticidad y entender su origen.