¿Cuál es la naturaleza del testimonio? ¿Cómo pensarlo sin caer a la vez en los clichés más convencionales de la representación, siempre demasiado humanista y antropocéntrica, de la vida, la muerte, los vínculos del sí mismo con los otros? ¿Cómo prescindir, en definitiva, de los agotadores cálculos del intercambio, el tome y daca, la economía de la presencia y los sospechosos calces de la intersubjetividad? Sonalgunas de las preguntas abiertas que atraviesan este libro, donde la justicia permanece tensada entre el juicio de la crítica y la crítica del juicio. En principio, se trata de cuestiones políticas más o menos cruciales que, sin embargo, Kate Jenckes prefiere considerar apelando a los debates estéticos y las formas de producción artísticas que gravitaron en Chile durante los años de dictadura y posdictadura. Abre con esto un mundo de testificaciones en los que una alteridad nacida de la parte desconocida de un
debate en común, rompe con los moldes y las cartografías de la subjetividad, la historia y la política.