Todo, tal y como lo conocíamos, ha cambiado. El calor es agobiante, se ha agrietado el cielo y la geografía es otra. La humanidad se ha duplicado y una guerra global se desata entre fuerzas igualadas cuya clave parecerían ser las niñas y niños de los orfanatos. En una de esas instituciones comienza la novela más arriesgada de Emiliano Monge. Tejer la oscuridad es una distopía que reinventa nuestros mitos y desentraña nuestra idea de individuo y colectividad, mientras nos cuenta la diáspora que un grupo de muchachas y muchachos emprenderán acompañados de su descendencia, atravesando un mundo desolado, huyendo de perseguidores incansables y buscando una civilización prometida, donde podrán rendir culto a sus dioses, enhebrar un nuevo lenguaje y habitar la oscuridad.