Martín Cerda, uno de los intelectuales y ensayistas más brillantes del siglo XX chileno, solo llegó a publicar dos libros en vida: La palabra quebrada: ensayo sobre el ensayo (1982) y Escritorio (1987), quedando la mayor parte de su obra dispersa. En continuidad con su libro póstumo Escombros (2008), Surcos apenas visibles –fruto del trabajo de archivo de Daniela Schu¨tte y Alfonso Calderón– reúne más de un centenar de ensayos, artículos, notas de prensa y prólogos publicados en Chile entre 1963 y 1989. Estos textos, siempre lúcidos y notables en su factura, recorren los más diversos temas: fotografía, viajes, máscaras, escritorios, el oficio de escribir y de la crítica, y por sobre todo libros y escritores –Swift, Pessoa, Sartre, Weil, de Beauvoir, Barthes, Borges, entre muchos–, trazándose con especial sensibilidad el panorama de la literatura chilena y de los escritores de su tiempo, entre los que transitan Gabriela Mistral, Violeta Parra, María Luisa Bombal, Adolfo Couve, Jorge Teillier, Jorge Edwards, Juan Luis Martínez, Salvador Reyes entre otros cercanos y amigos del ensayista, “este arquetipo del hombre de pensamiento en esta América bárbara y miserable”, como lo describió Lafourcade recordando su amistad.