Esta inquietante novela sobre el duelo de una madre por su hija se sitúa a distancia de la prosa elegíaca y doliente. Lo que Nicolás Poblete urde en este libro es la posibilidad de superar la pérdida mediante la producción y la venta, el consumo y la acumulación. Es la conversión (capitalista) del duelo lo que Sarai le va narrando a la difunta Ingrid, porque es precisamente su muerte lo que detona la estrambótica transformación de su discreta animita en un gigantesco a la vez que grotesco monumento (“mall”) de peluches y muñecas.