Por primera vez en la historia de la música popular chilena un disco es un texto que alberga un cuerpo de relatos de no ficción, aunque su autor reconoce haberse tomado ciertas licencias literarias.
Las diez canciones del primer albúm de Los Tres friccionan la superficie de una trama de ucronías o formas de hacer historia. Como un DJ que hace girar los surcos de un vinilo hacia adelante o hacia atrás; scratching que dibuja una cartografía con la memoria oculta de la ciudad y sus fragmentos pueden ser un intento de archivo o atlas de la memoria colectiva.