¿Puede una relación falsa por conveniencia convertirse en una real incluso si los involucrados no se soportan?
Todos dicen que del amor al odio hay un solo paso, pero ¿qué hay del odio al amor? Avery no es de las que se queda sentada esperando a que aparezca su príncipe azul. Aprovecha que está en sus veinte y soltera para atreverse a tener varias aventuras de una noche. Después de todo, a nadie le hace daño un poco de placer, ¿no? Parece estar viviendo el momento de su vida cuando un fantasma de su pasado se aparece en su oficina en el centro de Manhaéan. Su ex, que tanto daño le causó, insiste en encontrarse con ella para conversar, pero toda la valentía de Avery se esfuma en cuanto lo tiene de frente. La única solución que parece salvarla en el momento es una relación falsa. El involucrado en esta farsa es Gabriel de Santis, un joven millonario, guapísimo, misterioso y a quien ella no soporta, pero que también resulta ser el cuñado de su mejor amiga. A Gabriel tampoco le cae en gracia Avery, pero parece ser la fachada perfecta para convencer a su hermano mayor de que ha sentado cabeza y está listo para asumir responsabilidades en el negocio familiar.
