Este libro reúne la obra del pintor Salvador Amenábar (1973). La obra de este artista exhibe una gran vitalidad y humanidad, el pintor Eduardo Mena la ha descrito como «la sangre convertida en luz». Los materiales de la pintura de Amenábar provienen de las pulsaciones más humanas, lejanas al cálculo o a la razón, estas aparecen en forma de mancha e interactúan con la realidad (modelos, objetos, paisajes,etc.). El grabador Loro Coirón ha observado sobre la pintura de Amenábar: «Sabe captar y valorizar, tras las luchas que se libran en su paleta, los agudos reflejos rojos, naranjas y cobres, a los que opone sus teatros de sombra. Su obra nace de tintes terrestres: valles tornasolados, colinas y casas». En una entrevista Amenábar señaló algo que resume su visión del arte: «La vida de la pintura está en el accidente». Esta publicación reúne ?en un libro cuidado y de gran calidad gráfica? gran parte de la creación de este pintor. El prólogo fue escrito por Cristián Warnken, quien señala: ?Amenábar ha visto en la mancha, en el vacío de la tela y desde ahí ha comenzado su viaje iniciático y ha sacado de su soledad y abismo, y de su nada, a figuras que pueden parecer de otro planeta, pero que son de aquí, solo que estaban ausentes?.