Nueva antología que contiene parte apreciable de los cientos de poemas del autor, recolectados libro a libro de la obra lirica que discurre incesante desde 1938. Incluye poemas inéditos y poemas escritos en los últimos años.De La AsfixiaEscribo poco y mal. Asmático y tartamudo, soy la metamorfosis de lo mismo y estoy hasta la tusa de los premios. Preferible callar. Pero cómo callar si el oleaje no te deja. Más claro, no soy poeta de papel, no de papiro hubiera sido. De oreja sopy y escribo como hablo. Me cuesta hablar. Me demoro y ése es mi juego, parpadeo con la voz; no todos los fonemas me son propicios y desde hace diez años ahí ando con mi fibrosis pulmonar hasta encima de los aviones. La contraje no sé dónde o no sé cuándo. ¿Se me pegó en el seso cuando el Premio Cervantes allá por la pompa real en Alcalá de Henares? ¿Quién me manda visitar de corrido todos los párrafos del planeta donde vivió Cervantes, de Sevilla a Argel en un sólo mes escaso? La cosa fue así: yo estaba ahí durmiendo en mi catre de hombre solo en Chillán de Chile sobre las dos de la mañana cuando vino la asfixia como un arponazo al corazón y quedé anclado en el no-aire, preso de mí mismo. Claro, me enderecé de un salto como pude, pero el león que fui ya no era aullido, mi león ni nada. Me moría seco, vacío. Ni la lluvia amorosa que aleteaba afuera contra los vidrios se apiadaba de mí. De mí que no hice sino adorar al aire a cada instante desde que me cortaron de mi madre. Me moría, adiós vieja fragua; un minuto y soy piedra para siempre , oh voz, única voz. Hasta que vino alguien -tiene que haber sido alguna hermosa- y me dijo: después. Por ahora, mortal mío, respira, respira.