Es un amor prohibido, y si los descubren no habrá final feliz.
Lochan y Maya siempre se han sentido más amigos que hermanos. Ante la incapacidad de cuidarlos de su madre alcohólica y la ausencia de un padre que los abandonó, los dos jóvenes deben hacerse cargo de sus tres hermanos menores y esconder su situación a los servicios sociales, porque ninguno de los dos es mayor de edad.
La responsabilidad que comparten y las dificultades a las que se enfrentan los unen, hasta empujarlos a enamorarse. Ambos sabe que su relación está mal y que no debe continuar, pero al mismo tiempo no pueden controlar sus emociones y la atracción que los domina.