"Es difícil encontrar noticias en los poemas /y, sin embargo, todos los días la gente muere miserablemente /por no alcanzar lo que se encuentra en ellos". Estos versos de William Carlos Williams podrían describir lo que hay en este libro. Poemas que recogen ciertas noticias. Ciertos hechos acontecidos en el país y en el mundo entre las postrimerías del 2014 y el inicio del año siguiente. En algunos casos, reverberaciones de acontecimientos pasados que persisten como cuentas sin saldar con la justicia y la memoria. Escenas de la violencia. La crónica roja de una época, la nuestra. La inhumanidad con que se escribe el guion de esa película que, según Enrique Lihn, es la única capaz de quitarnos el sueño: la realidad.De lo que se trata aquí, sin embargo, no es solo de consignar los hechos. Lo que se persigue en estos textos es desmontar las formas de lenguaje y los mecanismos de representación con que estos se establecen y comunican. Trabajar sobre información de fuentes de prensa y reelaborar su discurso. A la manera de Charles Reznikoff, revelar su gramática profunda mediante los procedimientos de la selección, la edición y el montaje.Es difícil encontrar noticias en los poemas. Mucho más en tiempos de fake news. Este libro pone en evidencia los mecanismos con los que el lenguaje del poder normaliza su propia violencia, su naturaleza criminal. Nos obliga, como espectadores de esa película macabra que vivimos día a día, a enfrentar la realidad. A descubrir las veladuras y los encubrimientos del discurso oficial. A hacer del poema una posibilidad de leer lo que Muriel Rukeyser llamó la jerga de los hechos. *Palabras de Jaime Pinos
