Con el objetivo de establecer los límites y el alcance de la interpretación que realizaron la Escuela Franciscana del siglo XIII y los fundadores de la noción agustiniana de la Creación, Alejandro de Hales y San Buenaventura, el libro esclarece hasta dónde siguen a San Agustín y hasta dónde se apartan, dando paso a una nueva metafísica creacionista. La obra se centra en el problema del origen radical de los entes y en una de sus posibles soluciones metafísicas, a saber, la creación exnihilo por parte de Dios como Causa Primera del ser total de todo lo que es. La obra investiga el discurso que esta ha tenido en la Edad Media, en especial, su recepción e interpretación por parte de los que podrían llamarse los «discípulos remotos». Vale mencionar que, para ellos, la noción de creación forjada por el obispo de Hipona pervive como enseñanza oficial de la Escuela Franciscana, pero no sin sufrir transformaciones y adiciones ajenas al corpus augustiniano, provenientes principalmente de las nuevas fuentes árabes y judías disponibles en la época. La obra, de este modo, abre este aspecto poco tratado de la tradición agustiniana medieval a fin de ser un aporte a la historia de la metafísica y la teología occidental.