Política y estética en Víctor Jara da cuenta con acierto y maestría del proceso en que Jara se convirtió de cantor popular en cantante; el paso desde una cultura rural en la que predominaba la madre a una urbana, moderna, en que el Partido Comunista se convierte en el marco valórico elegido. Así mismo este libro proyecta la obra de Víctor Jara a un presente musical y político que lo invoca y convoca, del mismo modo como también trae al presente a la Unidad Popular de la que él fue parte.
La escritura profunda y lúcida de Nicolás Román va uniendo vida y obra, la política y estética en Víctor Jara como si fuera una biografía intelectual. Esos tránsitos de Jara señalados por Román acompañan a los lectores y lectoras en sus propios caminos, especialmente, a aquellos que, por género, clase o al ser racializados han –y hemos– experimentado la cultura y lo letrado como una separación brutal con el origen. Política y estética en Víctor Jara sutura la dolorosa herida que implica decir separadamente culto y lo popular; como Violeta Parra también lo hace, uniendo la brecha entre la tradición y lo nuevo.
Este libro es letra que devuelve a quien lee la luz de su mirada, no solo santigua las penas, sino que se permite, con claridad avanzada, abrir los surcos del vivir. Hay libros que son canciones, que son la cueca punk de la academia o como este, ahora ante tus ojos y oídos, que son un canto a lo humano en verseá mayor. La olla de la casa materna se destapa y sale un humito oloroso que aroma estas letras con albahaca y romero de quien ya partió hace tiempo a rapear con maestría, su canción original; hermoso olivo del olivar. Vamos por ancho camino.