En "Piedras para no perderse", Iria Retuerto plantea la vivencia de la menopausia como una crisis de identidad. Más que los bochornos, el insomnio o la liberación de ciertos roles impuestos por la maternidad, para la autora se asemeja a mirarse en un espejo extraño, ocupado ahora por alguien que desconoce. Para enfrentar este conflicto identitario, Retuerto se embarca en un viaje al pasado, hacia otros momentos de tránsito fundamentales en su propia historia de mujer del siglo XX, española, que emigra a Chile en los 90. Con “pluma menopaúsica”, irónica, emotiva y poética, enfrenta los cambios que se producen en su propio cuerpo
remirando hitos de su vida desde los que también se planteó su lugar en el
mundo: su vínculo emocional con América Latina, dolorosas vivencias de
desarraigo en su casa familiar de Madrid, y su relación con el sexo, el amor, sus padres y sus hijas. Es un recorrido que la lleva a identificar las piedritas en el camino que le permitirán reconstruirse en esta nueva etapa.
