Érase una vez un pequeño león que vivía con su familia en la sabana africana. Como a todo cachorro, le gustaba tomar el sol en las rocas, tirar de la
melena de su papá y jugar con el pompón de la cola de su mamá. Hasta que un día sin querer se aleja de su manada y siente un fuerte golpe en la cabeza. Al despertarse, nada volverá a ser como antes.