El presente trabajo pretende hacer patentes algunos de los innumerables cambios que Santiago ha experimentado en su historia en el curso de una metamorfosis cada vez más vertiginosa. La eficiencia de la tecnología y la tendencia a la acción antes que a la reflexión explican este inquietante proceso. Con todo, durante el último medio siglo algunas autoridades del ámbito político y técnico han procurado poner en vigor unas cuantas medidas tendientes a neutralizar la expansión descontrolada del área urbana de la metrópolis. Nadie desconoce que, a fuerza de crecer, la ciudad ha devorado feraces suelos agrícolas, agotando, adicionalmente, tierras forestales situadas en los faldeos precordilleranos. Se ha alterado, por consiguiente, el equilibrio ecológico que preservaba a la ciudad de los aluviones siempre devastadores. Se intenta demostrar que los restos de identidad de la arquitectura de valor patrimonial de Santiago se preservarían solo si se reconocen sus leyes primordiales y, usándolas de base, se ejerce un estricto control, por parte de las autoridades técnicas y políticas, de cada una de las intervenciones que afecten a los edificios, conjuntos y zonas de interés histórico.