En Un mundo raro existe un mundo que brota en la cabeza de los protagonistas de este libro de relatos y también de sus pies, de sus orejas, de sus oídos. Son niños y niñas que inventan mariposas para adornar sus paseos o que dibujan el sol en medio del invierno, o que siembran letras para inventar cuentos.
Son niños y niñas que construyen el Mundo a su propia medida: un mundo que rebosa imaginación y poesía. Las ilustraciones a tinta china son de la artista japonesa y titiritera Motoko Toda.