Mentes educadas es un libro fundamental para todos aquellos interesados en mejorar la educación. Se trata de un análisis profundo que comprende, desde la naturaleza del ser humano, la capacidad de conocer y entender el mundo desde las herramientas adquiridas por la educación. Kieran Egan rompe con las creencias que han primado en las teorías de la Filosofía de la Educación, en la que la capacidad cognitiva humana tiene que ver con el desarrollo biológico y no con el aprendizaje mismo. Lo que ha forzado a establecer que los niños son primero concretos y que solo en la medida que crezca podrá entender lo abstracto. Egan centra su teoría en la realidad que es la educación, la que cambia nuestra forma de ver el mundo y en el hecho que no todas las personas comprenden del mismo modo y que son las emociones, la imaginación, la que está en el centro de nuestro aprendizaje. Crea la llamada “Educación Imaginativa”, que es una nueva mirada a la educación, en la que propone poner como foco las emociones. El plantea que percibimos, entendemos y sentimos al mismo tiempo. Que lo que se conoce no es neutro, produce emociones. Es por esto que dice que a la hora de enseñar debemos procurar enganchar las emociones, comprometer la imaginación de a quienes se les enseña, de lo contrario lo que se enseñe se va a olvidar. No queremos que nuestros niños vayan al colegio por catorce años y que luego olviden todo, o gran parte de lo que se supone que aprendieron, porque en realidad no aprendieron, sino solo estudiaron para la prueba y luego de esta lo olvidaron. ¿Si vamos a estudiar para olvidar, qué sentido tiene ir al colegio? Buscamos aprendizajes duraderos, para eso la única forma es comprometer las emociones. Es el sentir el que permite recordar. De hecho, la palabra recordar viene de corazón (cuore–re cordare) y significa “volver a sentir”.