Mariano decide tener un jardín propio. Para eso, utiliza las herramientas necesarias para plantar sus semillas. Sus amigos se interesan y le ayudan a lograr su objetivo. Todos los días cuidaban el jardín. Su abuela los observaba sin comprender qué sucedía. Mariano lo guarda como un secreto. Al paso de unos meses, el jardín floreció, siendo ese el momento perfecto para mostrárselo a su abuela.