Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.
Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea
abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que
le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estático, una versión
de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad». Una
historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma.
Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.