«La sangre vende.» Así reza la máxima periodística que hará que Holly Gibney, la detective a la que Bill Hodges legó su agencia Finders Keepers, se interese por la matanza del instituto Albert Macready y acabe enganchada a las noticias. Algo no encaja y el fantasma de la coartada perfecta del terrorífico visitante la pondrá en marcha en su primer caso en solitario. Si bien Holly está sola en la secuela del exitoso noir paranormal del rey del terror, en este libro la acompañan otras tres historias, a cuál más estimulante.