Como una suerte de contrapunto a los portentosos folios sobre hombres virtuosos con que Benjamín Vicuña Mackenna alimentó el imaginario republicano chileno, este libro reúne ?salidas de la mano del mismo autor? seis breves biografías, o episodios biográficos, de otros personajes que han dejado rastros en la historia nacional, aunque en disímiles órdenes de ejemplaridad, desde la temible Catalina de los Ríos, la Quintrala, hasta el infumable Miguel José Cambiaso, pasando por Antonio Martínez de la Espada o el corregidor Zañartu. ?En clave coleccionista?, apunta Andrés Estefane en el prólogo, ?en estas páginas se apilan las piezas para un hipotético gabinete de la perfidia: personajes alevosos, oscuros, altaneros, desembarazados de las prioridades de la norma social, seres infames, justa o injustamente proscritos, congregados con el único propósito de testimoniar la latencia de la desgracia colectiva?.
Los textos de este volumen vienen a develar a Vicuña Mackenna como un pionero de la crónica roja en Chile, sumando así una nueva veta a la caracterización que de él hiciera Rubén Darío: ?¿Qué fue Vicuña Mackenna? Enmiendo: ¿qué no fue Vicuña Mackenna? Fue gran político, gran historiador, tribuno, viajero, poeta en prosa, crítico, literato, diarista incomparable, monstruo de la naturaleza. Escribía en francés como un parisiense y peroraba en inglés como un norteamericano. Tan sabiamente analizaba los detritus y las plantas como los poemas y las oberturas. Su cabeza era una enciclopedia. Fue, sin exageración, el carácter más admirable y la inteligencia más clara de toda la América Latina?.