Finalista del Premio Strega 2018, la novela La madre de Eva, de la autora italiana Silvia Ferreri, es un dialogo sin respuestas entre una madre y una hija en cuyas páginas fluye el sentido mismo de la vida. Un libro que invita al silencio y a la aceptación frente a preguntas universales: ¿Qué pasa cuando no conseguimos reconocer y por tanto aceptar el otro? ¿Hasta dónde puede llegar el amor?
La madre de Eva es una mujer, una esposa, y a la vez una hija y una profesora universitaria, pero estas preguntas la obligan a enfrentarse a su papel primigenio: el de madre. Es ella la verdadera protagonista del libro, a pesar de que estas páginas estén repletas de Eva. Eva, en el fondo, es la antagonista, la que subvierte, con su llegada, el orden de las cosas
“Tampoco conocen mi nombre. Me llaman, simplemente, la madre. Como si fuera un arquetipo, la matriz, la madre de todos, de todas las criaturas, mujeres y hombres puestos a salvo en tierras seguras”, dice la madre de Eva al iniciar el relato de su historia en la que abarca temas trascendentales y presentes en toda relación humana y familiar, pero que en este caso se presentan de manera directa e ineludible.