A los dieciocho años, Alexandra Wickham se presenta ante el rey y la reina de Inglaterra con un exquisito vestido de satén y encaje blanco. Bella y deslumbrante, parece destinada a una vida privilegiada, pero su personalidad rebelde y el estallido de la Segunda Guerra Mundial la llevarán por un camino muy diferente. En 1939, Europa está en llamas, y Alex se presenta voluntaria como enfermera. Su talento y la fluidez con la que habla francés y alemán llaman la atención de los servicios secretos. Mientras sus seres queridos pagan el terrible precio de la guerra, Alex se convierte en Cobra, una espía que opera detrás de las líneas enemigas, jugándoselo todo a vida o muerte.