La tragedia Hamlet (c. 1601) de William Shakespeare es la historia de un joven príncipe que busca vengarse del asesino de su padre, quien además se ha casado con su madre. En la obra dos fuerzas antagónicas se encuentran, dando paso al desarrollo del conflicto y su posterior desenlace, en el cual se produce el triunfo de una fuerza sobre otra o, en su defecto, la desaparición de ambas. El protagonista trágico acarrea a menudo un defecto o falta que precipita la acción y tiene como consecuencia su desafortunado final. El príncipe Hamlet es frecuentemente considerado, así, una figura trágica cuyo defecto es la falta de voluntad para actuar. Sin embargo, al adentrarnos en las capas de sentido que la obra propone, nos percatamos de que el problema es mucho más complejo y admite, como tal, lecturas diversas.