En contadas ocasiones es posible acceder, en el contexto de la nueva narrativa nacional, a obras que congreguen dentro de sí lo alegórico y la contingencia de modo tan preciso y progresivo como Gol de oro. A través de la arenga de un relator de fútbol, el narrador nos transforma en espectadores de un singular partido, en el que ex futbolistas, estudiantes y ciudadanos comunes y corrientes serán el rival de un equipo conformado, entre otros, por personajes de mundos como el de la política, de las FF.AA. y de otros más siniestros aún. Equipos que se disputarán en la cancha y en la calle la dignidad, la justicia y la recuperación de la libertad de un país ensombrecido por una dictadura implacable, la que todavía deja entrever su enorme poder de ataque.