En estos escritos la memoria aparece como un espacio problemático, silenciado, o discriminado en diversos relatos de un yo colocado en posiciones e interseccionalidades determinadas por contextos culturales específicos. Los ensayos en su conjunto muestran que las formaciones simbólicas de los discursos culturales afirman ciertas memorias por encima de otras dejando la historia individual del sujeto de género, mestizo, inmigrante y fronterizo en disputa con las historias nacionales y sus imaginarios hegemónico-patriarcales.