“Elogio del Maracanazo” es un libro periférico, quizás porque su autor, Víctor Hugo Ortega, también es un escritor periférico. En los cuentos que llenan este libro se elude el tronco evidente de una historia de fútbol (el partido, los goles, el estadio lleno) y se eligen conscientemente las ramas (la nostalgia, el viejo club, las viejas glorias). No Bielsa, sino el fotógrafo de Bielsa. No un gol memorable, sino el viaje a conocer al autor de un gol memorable. No la evolución técnica de la selección chilena, sino cómo cambiamos nosotros en ese tiempo, nosotros, los que gritamos el gol del Coto Sierra contra Camerún sin saber que fue Víctor Hugo el que lo ayudó; nosotros, los que vimos a Chile perder, perder, perder y de milagro clasificar al Mundial de Francia gracias a Zamorano y a Salas.