Un enigmático mural que muestra a cuatro cerdos con sus cabezas arrancadas es investigado por un joven estudiante de historia del arte ¿El motivo? Los trazos de la pintura representan una muerte trágica de la Junta Militar que gobernó Chile después del Golpe de Estado de 1973. El joven descubre un plan macabro: cuatro décadas antes, un pintor expatriado y un grupo de entusiastas colaboradores maquinan para asesinar a un poderoso agente de la policía secreta de Augusto Pinochet. La estrategia sentará las bases para atentar contra el dictador, cambiando los destinos del país para siempre. A través de esta ucronía el autor ofrece una mirada alternativa y reflexiva de lo que pudo haber sucedido en Chile. Se aborda con sutileza los extremos del discurso político, mostrándonos que la historia no está escrita por la ideología, sino por personas con iguales ambiciones y disposición para acumular poder.