Clemente es un amante del arte y de todo objeto que llame su atención. Asiste a subastas, mercados y ferias buscando algo nuevo para su gran colección. Es como si cada objeto fuera una parte de sí mismo.
La mascota de Clemente, y narrador de este libro, lo acompaña a todos lados, lo observa y nos relata su gran pasión. Nos da cuenta del arduo trabajo que significa buscar objetos de arte, seleccionarlos y cuidarlos, los cuales también -este pequeño perrito- ha aprendido a cuidar “como hueso de santo” y como estas obras conviven en su espacio, el hábitat que comparte junto a su querido dueño. Pero este simpático narrador nos cuenta algo que quizás Clemente no sabe, y es que él también es un gran artista.