El Caso Rojas en septiembre de 1989 en Río de Janeiro dejó una marca indeleble en el fútbol chileno. Las consecuencias fueron devastadoras después de que cayera una bengala en el Estadio Maracaná durante el partido Brasil-Chile. La eliminación del Mundial de Italia 1990 y la imposibilidad de participar en las eliminatorias para Estados Unidos 1994 castigaron severamente a Roberto Rojas, quien no pudo regresar al fútbol profesional. Este triste episodio se considera uno de los más vergonzosos en la historia del deporte chileno, con sanciones que marcaron la reputación del fútbol nacional. A pesar de los años transcurridos, la mancha aún perdura en la memoria colectiva.