La primera novela de Irene Bostelmann que presenta el mundo de los adolescentes, esa edad en que los jóvenes están más solos que nunca, en que aún son niños pero sueñan con ser adultos. Una realidad que a veces es desoladora, que se construye con experiencias nuevas, con la opinión de las amistades y la personalidad propias de cada uno. Un mundo en que los amigos lo son todo y en donde la ausencia de los padres duele en el alma.