“A los tontos no hay necesidad de prepararlos, a los egoístas tampoco, a los ignorantes menos, a los palomos basta arrojarles migajas; pero a los que nacen con el espíritu chispeante, es necesario apagárselo, y para ello era un excelente medio el imbuncharlos”.
En Espelunco —submundo que nos presenta José Victorino Lastarria a modo de alegoría de una sociedad chilena de antaño—, los monstruos existen y escapar de ellos es el gran desafío, porque viven entre nosotros y también en nosotros. Circulan en nuestra sangre y en el gran tejido social del que somos parte, camuflándose con la ignorancia, la mentira, el fanatismo y la ambición.
Don Guillermo, protagonista de esta historia, un emigrante inglés que se radica en el Valparaíso de 1840, termina en la mítica cueva del Chivato tras una desafortunada noche y descubre esta particular sociedad que busca privarlo de sus sentidos —oír, ver, oler o hablar—, por medio del acto de "imbunchar". Pero nuestro protagonista no está dispuesto a convivir con una rabia y frustración imposible de exteriorizar.
Movido por el pensamiento crítico, Mister Livingston sacará fuerzas para averiguar quién tiene razón o a qué lado está la justicia. En el camino descubrirá que estos monstruos no pueden ser combatidos ni vencidos con el hierro y el fuego, pero tal vez sí con la Dignidad. Narrativa Ghirlanda, en virtud de los tiempos actuales que vivimos como sociedad, presenta este rescate literario a las y los lectores para que la voz de Lastarria resuene en pleno siglo XXI.