Un país en plena dictadura, un grupo represivo que actúa en las sombras: torturas, asesinatos, desapariciones, centros clandestinos de detención. Y un joven soldado, Andrés Valenzuela. Papudo, su pueblo. «Papudo», su apodo. Joven soldado que poco a poco se fue adentrando en el infierno.
Una mañana resuelve «contarlo todo, escupirlo todo, hasta el último detalle. Aunque me persigan. Aunque me maten por desertor».
«Poco importa, en realidad: ya estás muerto. Te robaron el alma».
Andrés Valenzuela fue el único agente que, estando en servicio activo, desertó tras haber entregado a la Vicaría de la Solidaridad informaciones sobre la estructura y las prácticas de exterminio implementadas por la organización secreta de la cual formaba parte.
He aquí el relato de un muerto en vida. Y lo que ocurrió antes: una infancia humilde, sueños y ensueños, los amigos del barrio, un padre pescador. Y lo que ocurrió después: la extrañeza del exilio, la clandestinidad, los desamores, la culpa –siempre, la culpa.
Muchos periodistas, escritores y cineastas se han esforzado por narrar la historia de Papudo, el torturador; Papudo, el asesino; Papudo, el penitente. La historia de Papudo, el hombre, es él quien la cuenta ahora.
Este libro escrito por Verónica Estay Stange le da voz a Andrés Valenzuela, desertor del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea y exagente operativo del Comando Conjunto durante la dictadura de Pinochet.
Asumiendo la paradoja de una autobiografía ajena, recoge su último y más largo testimonio, sellado por una carta de su puño y letra.
¿Por qué te quebraste? ¿Por qué en ese momento y no antes? ¿Por qué tú sí y otros no?
De Papudo al infierno plantea esas y otras preguntas.