Cruce de peatones reúne el lado menos difundido del trabajo de Alejandra Costamagna, cuyo nombre más bien asociamos a las ficciones que ha venido publicando desde En voz baja, su bella novela de 1996. Y también podría ser ese el título de esta recopilación, pues aquí no hay gritoneos ni redobles de tambores: con sobriedad, gracia y un incontestable sentido del detalle, Costamagna ilumina convincentemente las vidas que narra, y esto vale incluso para cuando aborda episodios autobiográficos. Las crónicas, entrevistas y perfiles que conforman este valioso libro demuestran que una de las mejores escritoras chilenas de las últimas décadas es también la autora de una admirable obra periodística.