Mediante retazos de infancia y juventud, María Moreno
traza en Contramarcha el mapa personal o como ella
señala: “la novela de mis lecturas”. Relata también la
elección del seudónimo literario y reflexiona sobre la
dualidad de la firma. Hasta su posterior ingreso en las
redacciones de diversos medios escritos, la
omnipresencia de la política y las luchas feministas