El caso JT Leroy es uno de los grandes escándalos de nuestro tiempo, y posiblemente uno de los fraudes literarios más fascinantes de la historia. En enero de 2006, un periodista del New York Times descubrió que Jeremiah «Terminator» Leroy, el turbado escritor transexual criado en un parking de camiones y obligado a prostituirse por su madre drogadicta, no había existido nunca. Por lo tanto, la figura misteriosa y ambigua que de vez en cuando se dejaba ver en entrevistas y eventos -siempre con la cara cubierta por unas grandes gafas de sol y una peluca rubia- era en realidad Savannah Knoop, una joven de aspecto andrógino que a los dieciocho años se había visto forzada a abandonar sus estudios y consagrarse al papel de figurante en una rocambolesca farsa urdida por su cuñada, Laura Albert, la verdadera autora de Sarah, El corazón es mentiroso y El final de Harold, novelas aclamadas por la flor y nata de la intelectualidad pop de la época. Publicada originalmente en 2008, Chica, chico, chica es la explicación en primera persona de lo que ocurrió durante aquellos seis años en los que Savannah Knoop llevó una doble vida extravagante, haciéndose pasar por un chico que pugnaba por salir de su mala vida a través de las artes y que alcanzó la fama internacional burlando a celebridades como Bono, Asia Argento, Carrie Fisher, Courtney Love, Winona Ryder, Gus Van Sant, Calvin Klein y Shirley Manson. En este recuento biográfico sorprendente (la otra versión de la historia, pues desde que se destapó el engaño solo había hablado Laura Albert), Savannah desgrana su romance con Asia Argento, explica cómo cambió su visión de la sexualidad al hacerse pasar por un chico y analiza hasta qué punto esa vida impostada cambió por completo la suya real y la hundió en un estado de soledad y aislamiento.