Isol en su libro La bella Griselda (FCE), parte de una frase tan conocida como la de perder la cabeza, y construye una narración desopi-lante sobre la vanidad y los peligros de esta, en la que la hermosa princesa, de cuyos encantos ningún hombre puede escapar, colecciona las cabezas perdidas por sus enamorados como trofeos de caza. Irónica y absurda, elementos fundamentales para construir el humor, la historia de la peligrosa Griselda se completa con ilustraciones muy ágiles y con juegos de contrastes y planos que hacen de cada una de sus páginas una invitación al juego