Guillermo Martí está harto de ser el malo de la película. Quizá ha pasado demasiado tiempo con sus hermanas, porque empieza a creer que tienen razón y que su trabajo le está chupando el alma. Quizá ha llegado el momento de hacer una pausa y tomarse esas vacaciones. En cualquier caso, lo decidirá cuando termine el proyecto que lo ha llevado a Nueva York. Si hubiese podido descansar en el vuelo, tal vez lo vería todo más claro, pero la chica que iba sentada detrás le ha hecho la vida imposible. Emma Sotomayor ha decidido convertirse en otra persona. Tal vez no sea muy valiente y tal vez debería enfrentarse a sus miedos, pero ha decidido hacer todo lo contrario y mudarse a otro continente para convertirse en cocinera. Nada de compromisos ni complicaciones, solo cocinar. Pero nada más bajar del avión se topa con la primera complicación: se ha llevado la maleta equivocada. Guillermo y Emma no podrían ser más distintos y no puede decirse que hayan empezado con buen pie. Quizá, como en las recetas de Emma, ella y Guillermo sean dos ingredientes que no deben mezclarse. O quizá llevarse el uno la maleta del otro sea justo lo que necesitan para que sus vidas cambien de verdad.